Por tener un clima y un suelo variado, Italia produce una variedad de cereales, frutas y legumbres. Por ejemplo, en el norte podemos encontrar trigo, arroz y maíz. La gente del norte usa esos cereales para hacer sus platos tradicionales, tales como el risotto, que se hace de arroz de tipo carnaroli o arbóreo, además de otros híbridos de arroz creados para este propósito; y la polenta, que es un tipo de harina hecha de maíz, el cual se puede asar o cocer. La polenta, en tiempos lejanos, fue un plato típico de las familias pobres del norte de Italia.
Algunas familias tenían la costumbre de alimentarse con polenta en todas las comidas del día.
En el sur de Italia, el clima es seco y rocoso, y los granjeros que viven en esta área, plantan aceitunas para comer y también para hacer el aceite. El aceite se usa mucho en la comida italiana. También en el sur, a la gente le gusta preparar la comida con muchos condimentos. El orégano, por ejemplo, es un tipo de condimento típico de la cocina italiana. Aunque se encuentre el orégano el toda Europa, es en el sur de Italia que se encuentra el orégano de mejor aroma. La gente del sur también tienen la tradición de después de preparar salsa, guardarla en botellas.
La comida italiana también usa bastante queso. Los más conocidos son: el parmigiano reggiano y el granna pagano o padano. En 1840, se introduce el parmesano, el cual se usa en la mayor parte de los platos italianos.
En Liguria, los quesos más usados son: el gorgonzola, el marscapone y el lodigiano. Éstos son diferentes quesos que se usa en diferentes platos tanto salados como dulces. También son famosos los dulces de Italia, por ejemplo la región de Sicilia es bien conocida por producir el cannolo, un dulce que está rellenado con cremas o “natillas”.
La comida principal en Italia se come en el medio del día y está compuesta de tres platos. El primero, usualmente es el arroz o la pasta. El segundo y principal plato, está compuesto de la carne, el pollo o pescado. Y el último, es el postre.
Destacan también en Italia el consumo de café de distintas maneras donde incluso se hace referencia al trabajo de la espuma de leche para mejorar la calidad de él.
No es mi intención dar una cátedra de gastronomía y comida italiana, sino poder destacar que existe algo más que la pasta al momento de escoger un restaurante Italiano.
Espero que ahora con estos datos, a la hora de escoger un restaurante de comida italiana, busquemos algo más de variedad en la carta que unas pastas y pizzas, ya que esta cultura es muy rica en sabores y nos pueden enseñar algo que los chilenos hemos perdido un poco al momento de sentarnos a la mesa… Sociabilizar y compartir.
Por: Álvaro Lois
El vino esconde en su gama de aromas y sabores un gran número de características desconocidas por muchos comensales. Blas Perozo Barboza, catador y especialista en el tema, despeja las dudas inherentes con esta bebida.
1. Tipos
—Por su aroma y sabor hay muchos tipos, pero los más conocidos son los los vinos jóvenes, los espumantes y los vinos de gran reserva. El primero tiene sabor y aroma a frutas. Se identifican porque su fecha de elaboración es del 2010 en adelante. Los espumantes, que son vinos alegres, que contienen gas carbónico y azúcares. Los de gran reserva que, después de fermentarse, pasan a las barricas por un largo tiempo, obteniendo más cuerpo y sabores adicionales (cuero, chocolate, vainilla, dependiento del tipo de barrica).
2. Refrigeración
—Los vinos requieren de menos temperatura a medida que más cuerpo tengan. Antes de abrirse, los vinos espumantes pueden refrigerarse de 3 a 8 C°. Los vinos rosados, blancos y tintos jóvenes, de 7 a 10 C° y los vinos tintos de gran reserva, de 14 a 18°C.
3. Conservación
—Luego de abiertos, en la mesa deben mantener su temperatura. Ésto se logra con las hieleras. Si queda bebida en la botella, se debe consumir antes de tres días, para evitar que al contacto con el aire se oxide (conocido como avinagrado).
4. Fecha de vencimiento
—Los vinos no tienen fecha de vencimiento específica. Aunque si se pueden dañar por su mal conservación y manejo. Cabe destacar que los vinos jóvenes no duran mucho tiempo porque necesitan características que les da la barrica y la fermentación para subsistir por más tiempo.
5. Vino “avinagrado”
—Lo peor que hace la gente es botar el vino cuando se oxida. Éste se puede aprovechar haciendo una pequeña reducción de ese vino, que puede servir como aderezo, crema o ingrediente para cocciones más elaboradas, con carnes y pescados.
6. Principiantes
Les aconsejo comenzar con algo no muy complicado para apreciar su sabor a frutas. Puede ser con un vino joven sin guarda ni reserva, que sea del continente: argentino, chileno o uruguayo. Se consiguen en supermercados, bodegones, etc.
7. Hora para tomarse
Los vinos espumantes, blancos y de Jérez son perfectos para tomarse a las 11:00 de la mañana y 5:00 de la tarde porque ayudan a liberar los jugos gástricos, sirviendo como aperitivo para las comidas. Los jóvenes se toman a cualquier hora, y los de gran reserva calan bien durante toda la noche.
8. Vasos y mezclas
—El vino merece tomarse en copa pero no en todas las partes ni restaurantes del mundo hay copas. Se puede beber en vaso y hasta en totuma.
En Europa acostumbran a mezclarlo con agua, gaseosa negra y de limón. Inaceptable es agregarle hielo para tomarlo.
9. Celebraciones
—Para ocasiones especiales como bodas, reuniones corporativas o el Día de las Madres, se sirven vinos espumantes como la champaña, vinos blancos y rosados, como el champaña porque son alegres. Para armonizar en la mesa, se pueden acompañar con pescado frito, langostino, dulces y frutas como uvas, peras, duraznos y albaricoques. Si desea innovar, atrévase a freír deditos de queso de matera y acompañe con estos vinos.
10. Para el romance
— Con cualquier tipo de vino se puede ser romántico, solo que hay unos que favorecen el amor y el sexo, como los espumantes y los tintos rosados, pues son más fáciles de tomar y generan efectos de felicidad en el organismo rápidamente.
Por: Alicia Pepe